LA ALTA SENSIBILIDAD. EXPERIENCIAS VITALES.

El martes 2 de junio de 2020 mi madre acudía a consulta con su especialista, para el resultado de su analítica y ecografía, como corresponde anualmente desde hace muchos años.

No fui yo quien la acompañaba sino mi padre, así que al llegar a casa son ellos quienes me dicen lo que el médico les comentaba, además de solicitarle nuevamente otra endoscopia para ligar otras varices sangrantes, por segunda vez ya en este año.

Mi madre me explicaba que el médico le comentaba los resultado del análisis y que respecto de la ecografía estuvo durante bastante tiempo mirándola sin comentarle nada.

Posteriormente sus comentarios fueron algunas palabras similares a las que ahora mismo soy capaz de escribir:

» Su caso no está recogido en ningún libro de medicina y es el único caso que pese a la complejidad de su ya avanzado cuadro, evoluciona de esta manera. Para nosotros los médicos a veces es difícil tomar ciertas decisiones y la práctica, evolución de las pruebas y tratamiento depende también de la persona que las lleve a cabo. Le solicito una endoscopia para ligar unas varices sangrantes y cabe la posibilidad de ingresar después de la misma».

La mirada de mi madre mucho antes de contarme absolutamente nada ya me decía mucho y después al adornarlo con palabras, no pude evitar que se me escapase alguna lágrima.

Desde entonces no he tenido las fuerzas ni las ganas para compartirlo con mi hija, hasta este miércoles en que le explicaba que abuela iría hacerse una prueba y quizás tuviera que ingresar.

A partir de ahí empezaron las preguntas que conectaban con la experiencia vivida el año pasado, sus miedos y todo aquel proceso vivido, finalmente terminando echándose a llorar y yo no podía evitar llorar con ella.

Con naturalidad y libertad para expresar nuestras emociones, compartir nuestras impresiones y demás, nos secamos las lágrimas para enfocar de forma positiva la esperanza en la confianza que, como quienes me quieren y acompañan me transmiten: «Todo saldrá bien».

Revuelta por todo lo vivido, hago uso de la esperanza, fuerza y fe que es algo que siempre nos ha acompañado, aunque he de reconocer que últimamente mis emociones están muy a flor de piel.

Así que hoy por la mañana despierta desde las 5 me he levantado a verla a su habitación, luego me he acostado para seguir despierta y escribir, entre otras cosas.

Quise dar los buenos días a quienes diariamente me lo dan, a quienes han seguido ahí a pesar de mi silencio y aparente ausencia, a mi mente han llegado muchas personas, también he recibido algunos mensajes y compartido también.

Y casualmente, aunque para mi es más la presencia y forma de manifestarse de Johanna que casualidad, recibía un mensaje de Josean, lo que ha sido para mí un océano de esperanza y alegría, pues además de lo que me compartía, he sentido una vez más que mi querida amiga Johanna sigue aquí siempre conmigo.

Siento profundamente un enorme agradecimiento a todas las personas que me han ido acompañando en mi recorrido, muchas veces sin tener idea ni saber las circunstancias que me rodean, sobre todo me emociona intensamente sentir como después de tanto dar, animar, empujar y apoyar muchas personas, soy yo quien recibe el apoyo, empuje, acompañamiento, etc. de amigos, compañeros de formación, profesores y un largo etc de personas que incluso, ni siquiera me conocen en persona.

En un día como hoy tengo mucho, mucho que agradecer a grandes maestros/as que he tenido en mi camino, a acompañantes, familia, amistades y una larga relación de grandes seres humanos, pues todos somos grandes, lástima que a veces creemos insignificante lo que hacemos, sin saber que puede parecer una gota pero con cada gota se hace un océano inmenso.

 

Así que despedía y abrazaba a mi madre, segura de continuar más tarde la partida de anoche de nuestro nuevo monopoly canario,  y seguir haciendo realidad juntas nuestra lista de deseos.

Gracias de todo corazón.

PD: A Rosa por pintarme ese lienzo; A la librería Ferrera por tener a tiempo el pedido del Juego de Monopoly Canario, en especial a Elisa y María por regalar, mientras realizan su trabajo, tanta humanidad y amor; a Raúl, Johanna, Josean y todas las personas presentes, también ausente y a ti, sí a ti también. Gracias.

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