Algunas personas llegan a tu vida sin esperarles y muchas veces tienen la sensación de que les ayudas, sin darse cuenta, sin ser conscientes, que ellos/as también son de gran ayuda, de hecho, siempre he creído que la ayuda es mutua.
El aprendizaje y acompañamiento en este camino van cogidos de la mano, a veces pensamos que al dar mucho nos vamos a quedar vacíos, la mayoría de las veces eso ocurre cuando damos esperando recibir algo a cambio o creemos que la otra persona tiene la obligación de devolverlo.
Con el tiempo sin esperarlo, todo aquello que hemos ido sembrando podemos ver cómo es una plantación que ha ido creciendo, sin casi regarla o atenderla, resulta que en nuestras vidas ha seguido creciendo y cuando menos lo esperamos ha vuelto a florecer.
La sensación de vacío de la que muchas veces responsabilizamos a los demás, es simplemente una necesidad no cubierta, que necesitamos identificar y buscar la forma de cubrir, siendo protagonistas y responsable de ella, no volcando en los demás aquello que no hemos sido capaces de cubrir.
Son muchas las personas que en nuestro día a día conocemos, todas nos impulsan y enseñan experiencias, nos ayudan de diferentes maneras cuando incluso creemos que es al contrario.
Todas aquellas situaciones que vamos viviendo nos sirven para identificarnos, para ir reencontrándonos con uno/a mismo/a, para sentir, para conectar y darnos cuenta.
Es imposible no comunicar, así que, hasta el silencio, el distanciamiento es capaz de decirnos tanto, que, si somos capaces de vivirlo sin juicios y desde el respeto, podemos seguir aprendiendo y mejorando, incluso en la que puede parecer, a veces, la más absoluta soledad.
A toda esa siembra, a todo ese proceso cargado de experiencias, de intercambios, de silencio, de conversación, de distanciamiento y también de cercanía, todo ese lote maravilloso y diverso que nos ayuda a ser quien somos, no es magia sino Amor y es a través de la amistad, admiración, acompañamiento, ayuda y otras muchas formas que llega a nuestro corazón.
Un camino cargado de encuentros y desencuentros, donde muchas personas nos van a amar tal y como somos, donde otras harán todo lo posible por cambiarnos y moldearnos, otras nos amarán a través de intercambios, otras dirán que nos aman cuando en realidad, sin ser esa su intención, nos destruirán, pues no saben ni amarse a sí mismas, etc.
En ese ir y venir donde la vida parece convertirse en una escalera, a veces toca subir y otras tantas veces toca bajar. En cada uno de esos escalones, de subida o bajada, vas a coincidir con otras personas, que, de forma elegida o impuesta por la vida, también les toca subir o bajar.
Hoy simplemente quiero dar gracias por todo ese Amor inconsciente y/o consciente que me llega de forma directa o indirecta.
Durante los últimos años de mi vida, he sido enormemente premiada por la gran generosidad y acompañamiento, incluso de quienes, sin casi conocerme, han querido apoyarme e impulsarme a lograr mis objetivos, sin saber muy bien ni cómo ni porque, yo quería conseguirlos.
Gracias a ti, por estar aquí.
Eso es lo único esencial, lo demás es prescindible. ♥️
Me gustaMe gusta