139. MISIÓN DE VIDA Y VACÍO EXISTENCIAL.

La sociedad y el ritmo de vida nos arrastra, nos condiciona a vivir de una manera que prácticamente no nos permite saborear lo realmente único e importante.

Nuestra vida se ve cargada de obligaciones y responsabilidades que cumplir, es tan importante tener un trabajo para sobrevivir, pero lo que es realmente más importante es además que ese trabajo nos haga y permita VIVIR.

Un trabajo que te permita vivir es aquel con el que sientes viva cada día, pues realizas aquella labor o misión de vida que te hace conectar con lo que te apasiona, es disfrutar de lo que haces sin que te suponga esfuerzo, cansancio e incluso desgana.

Es verte rodeada de personas con las que te sientes a gusto desempeñando tu trabajo, aun sin ser el trabajo o la vocación de tu vida.

Siento que la vida nos hace ponernos diferentes disfraces para ser capaces de bailar diferentes tipos de música.

Muchos de ellos nos hacen sentirnos cómodos y otros enseguida nos damos cuenta de que nada tiene que ver con nosotros.

A veces creemos que el vacío existencial tiene que ver únicamente con nuestras relaciones y es que abarca muchos y diferentes aspectos de nuestras vidas.

Somos seres sociales que necesitamos de relaciones intensas e importantes, aquellas con las que nutrir esa necesidad fundamental de amor ya sea a través de la amistad, familia, pareja.

Nuestra realidad es que la sociedad cada día es más superficial, fría y hueca, es casi imposible conocer personas comprometidas o entregadas en una relación.

Ahora además hay que añadir la necesidad de la distancia, la prohibición del contacto y el uso de las tecnologías de forma obligatoria para la comunicación, el trabajo…

No es esto lo que quiero, no es lo que no necesito, no es lo que me gusta…

En una sociedad ya deshumanizada, individualista, competitiva e incluso punitiva, el panorama social nos arrastra a un aislamiento y distanciamiento, que a unas personas más que otra les pasa factura.

Mi vida está llena de notas.

Tengo notas de reflexión por todas partes.

En ellas dejo por escrito la reflexión a la que me llevan muchas observaciones, tanto de mi vida, como de las personas que me rodean, importan, quiero o simplemente conozco de manera accidental, se queden o simplemente pasen sin más.

El trabajo personal y el autoconocimiento también te va llevando al camino de búsqueda que te hace conectar con lo más interior y profundo de uno mismo, incluso lo más desconocido que puede parecernos increíble y hasta imposible.

Enfocada en algunos «tengo que», obligaciones inevitables e ineludibles a día de hoy.
Intento enfocarme al máximo en otros muchos ¿para qué?

Sé que la vida me sigue empujando fuerte hacia otro lugar, que no es el lugar donde estoy, sino donde realmente quiero estar.

Sé también todo lo que he ido metiendo en mi mochila y sé que hay mucho que no es mío y que tengo que empezar a vaciar.

También la vida me ha enseñado que no es cuando ella misma me empuja, cuando te empujan otras personas, sino cuando yo me sienta preparada para lanzarme al vacío.
Nuestra propia resistencia e insensibilización hacia determinados aspectos de nuestra vida, son potentes recursos que en un momento puntual nos permiten enfrentarnos a la adversidad.

Esas herramientas muchas veces es necesario sustituirlas o se caen por sí mismas, nos ayudan a enfrentarnos a la otra realidad.

Sea en nuestro espacio personal, familiar, laboral, etc. Podemos ir conectando con muchas reflexiones que nos ayuden al reencuentro con uno/a mismo/a.

A veces puede resultar doloroso, otras veces puede ser conmovedor, divertido…

¿Qué necesito para poder continuar?, me pregunto muchas veces, a lo que me respondo: RESPIRAR, SENTIR, ESCUCHAR, aún en aquellos momentos que me visita mi amiga Ansiedad.

Sé que dando pequeños pasos se pueden conseguir grandes logros y que el camino, es muy cierto, se va haciendo al andar.

Soy una mujer muy difícil, soy consciente que mis mejores relaciones personales siempre han sido con los libros y la formación.

Para mí ellos han sido ventanas, puertas y tejados a otras formas de mirar, aprender y crecer de la realidad, han sido además mis grandes acompañantes y aliados ante muchos momentos de enorme soledad e incomprensión.

Esos mismos momentos fueron los grandes maestros para aprender a ver la vida como el mueble con cajones, donde algunas veces unos pueden estar que no cabe más nada y por el contrario otros, con grande espacio para colocar mucho más.

El sentido de la vida y el objetivo más importante es llegar a un equilibrio, conseguir que nuestras ruedas de la vida tengan lo más posible la forma de una rueda y no en cambio de una figura irregular.

He conectado muchas veces con ese enorme vacío existencial y poco a poco he ido encajando piezas en el puzle de mi vida, para luego ir dando pequeños pasos que me ayuden a construir el destino, que tanto necesito crear.

Nuestro lenguaje es tan poderoso, que con lo que decimos y nos dicen, podemos ver mucho más allá, sin dejar de hablarnos otros gestos y siendo todo el conjunto, mucho más de lo que nos podamos imaginar.

Tan sólo a veces necesito una mirada, con ella es posible determinar que tipo de conversaciones, encuentros y/o momentos, con cada persona podrás concretar y elegir quien es la adecuada para determinados temas tratar.

Es importante buscar salidas, maneras de redirigir nuestra necesidad, pues no podemos cambiar a las personas, muchas veces ni las circunstancias y lo único que nos queda es modificar nuestra forma de nadar en este inmenso mar.

En el siguiente vídeo se puede ver una explicación muy interesante respecto de este tema, espero que te guste y ayude a reflexionar.

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s