128. JENNY GUEDEZ ALVAREZ: PALABRAS DE DUELO.

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04/05/20

“Eres rara. Ríes por nada, lloras por todo. Caes profundo y siempre vuelves de algún modo. No hay tormenta que te saque las ganas de bailar, y a veces, tienes que quedarte sola.
Ni rota dejas de amar, ni loca paras de soñar.
Y eso: te hace brillar.”

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07/05/20

A los que se fueron demasiado pronto.
A los que nos dejaron sin querer marcharse.
A los que ya no sabemos si lo que queremos es abrazarles o que nos abracen.
A los que brillan cada noche allí arriba.
A los que están en nuestros sueños un día sí y otro también.
A los que tuvimos que decir adiós sin querer, sin esperarlo.
A los que nos dejaron huella, momentos y recuerdos inolvidables.
A los que nos hacen soltar una lágrima al pasar por ese lugar especial.
A los que nos dejaron un poco más solos, aunque no se hayan ido del todo.
A los que nos dejaron miles de cosas por decir.
A los que estarán siempre, aunque no vuelvan nunca.
A los que un día esperamos volver a ver, en ese cielo, en esa vida, deseando poder agarrarles fuerte y sin soltarles decirles, aunque sea por última vez: «te quiero»»….
Gracias por permitirme escucharte decir…te quiero….y como bien te dije…YO MÁS….

Agradecimientos y palabras de Teresa Santana:

Quiero darte las gracias, Jenny, por permitirme compartir tus palabras y sentir en mi blog. Por regalarme todas esas fotografías. Por dejarme estar.

Me gustaría poder seguir cerca de ella y sin lugar a duda voy recibiendo regalos que me dan esperanza de poder ayudar.

Aún tengo pendiente escribir mucho sobre ella, no he podido hacerlo y sé que ese momento llegará.

El duelo es un proceso doloroso, necesario e inevitable para adaptarse a la nueva realidad sin esa persona querida, estando con ella de otra manera.

Antes que llegue la adaptación es necesario transitar diferentes fases durante el mismo.
Aunque mi visión es más flexible y considero que ni llevan un orden concreto, ni son tan diferenciadas entre sí, muchas veces se mezclan, se prolongan, adelantan, etc.

Yo estoy en la negación, la incredulidad, me niego aceptarlo y además de la tristeza, la soledad de su ausencia, el silencio, me acompaña la culpa, la decepción, la frustración, la impotencia…

Muchas personas no pueden comprender mi sentir por ella y es que aunque no pudimos finalmente llegar a conocernos en persona, es difícil explicar la intensa conexión que en tan poco tiempo nos unió.

Johanna era capaz de transmitir un montón de amor y luz desde donde quiera que estuviera y estará siempre. Aún la siento, escucho su voz…

Después de un proceso tan repentino e inesperado, es normal sentir como que es un mal sueño del que podremos despertar.

A eso hay que añadirle la terrible pandemia y lo que ha supuesto en nuestras vidas, en el propio proceso de su enfermedad y acompañamiento… esa es quizás una de las peores partes de gestionar.

Hay personas que dicen que cuando existe una enfermedad te prepara para el final, te da la oportunidad de despedirte, etc.

La realidad es que romper el vínculo con un ser querido no es fácil, con independencia de las circunstancias que causen la misma, aunque condicionen la evolución del duelo, va doler siempre y esa intensidad tiene mucho que ver con la relación de apego y otras características.

Podría extenderme en hablar más sobre ello, sin embargo no es el motivo de esta entrada.

Tan sólo quiero acompañar y compartir. Pues son muchos los procesos de duelo que he tenido que vivir desde la incomprensión e incluso la soledad acompañada.

Hoy incluso tengo formación al respecto, además de muchos libros leídos que fueron mis únicos consejeros y pañuelos para enfrentarme a mis diferentes procesos.

En una sociedad educada para evitar hablar de la muerte y la enfermedad, en la que se consuela con palabras, en vez de con un abrazo, silencio y buenos oídos para escuchar, acompañar y apoyar…

Hace mucho tiempo comprendí que es necesario querer para poder acompañar y además para eso es necesario hacerlo desde la necesidad del otro/a, desde su propia forma de vivirlo y desde un respeto tan profundo como admirable.

Abrazo tu sentir, tus palabras, tus fotos… todo lo que hemos compartido, enviándote un lote de amor, fuerza y coraje.

Ahora es momento de mirar el cielo, pues hay una estrella que brilla con más intensidad, sonriendo ilumina la tierra pues el camino del duelo suele ser oscuro. Johanna lo ilumina para evitar que no puedan ver en esa oscuridad y yo intentare cambiar algunas bombillas, para regular esa intensidad.

Gracias infinitas.

 

 

 

 

 

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