Podría hablar de padres también, aunque la realidad es que hasta ahora he tenido más contacto con madres altamente sensibles que con padres, aunque es cierto que en la última charla un hombre se identifico con el rasgo, mi día a día son mujeres las que buscan en mí una referencia para saber más del rasgo y conocer como ayudar a sus hijos/as.
Primero se cubre esa sensación de soledad e incomprensión, para luego sentir por fin alivio a tanta sensación de no encajar e incomprensión.
Luego surgen unos deseos desesperados de saber, avanzar y adentrarse en el conocimiento del rasgo.
Cuando la intensidad del mix emocional desciende, se empieza a conectar con los miedos de querer evitar que nuestros hijos/as vivan situaciones similares, del contacto injusto que ocurre con la sociedad, de la incomprensión a nivel escolar, etc.
Por supuesto también el cansancio del enorme reto que supone cuidar a un bebé o niño/a altamente sensible, del asombro de ver como aún siendo tan pequeñín es capaz de observar todo con tanto detenimiento, absorber mucho más que una esponja todas las emociones y un largo día de experiencias intensas.
Y nuestra sensibilidad ¿se vuelve invisible?, ¿se duerme o oculta durante la crianza?.
Nada más lejos de la realidad. Sigue estando presente pues forma parte de nuestra personalidad, es un rasgo que nos acompaña todo la vida y todas esas características siguen estando ahí presentes e incluso con más intensidad.
La necesidad de alimentarnos bien, de un descanso reparador, de momentos en soledad para recobrar el equilibrio interior… se convierten en un deseo que se esfuma cada día con cada jornada de cuidados infantiles.
Si además hay que compatibilizar trabajo, con cuidados y labores domésticas, u otras responsabilidades, ya mejor ni contar.
Ahí seguimos en pie, con la cabeza sin parar de pensar en como hacerlo lo mejor posible y con la dichosa pregunta ¿lo estaremos haciendo bien?, ¿en qué me estoy equivocando?…
Cuando una madre altamente sensible se lleva de su intuición, aún sin conocer el rasgo es capaz de hacerlo lo mejor que puede, no hay nada mal o bien hecho, lo hacemos desde lo mejor que podemos y sabemos, somos seres humanos de carne y hueso, no perfectas, ni máquinas.
Nos esforzamos por encontrar respuestas, maneras para dar pasos y crecer junto a ellos/as cada día.
Lo más importante es que nos damos cuenta de las decisiones poco acertadas y nos enfocamos en buscar otras alternativas.
Nos cuestan mucho los cambios y también tomar decisiones, pues pensamos en tantas variables y nos cuestionamos tantas cosas, si además le añadimos el apego y amor e intensidad, ya mejor ni hablar.
Aún así podemos y somos capaces de darle un giro a la experiencia, haya sido del tipo que sea. Somos capaces de compartir con nuestros hijos/as la versión de la reflexión para aprender de ella.
Lo más importante del camino es vivirlo con aceptación, con naturalidad y con buena comunicación.
Cuando crecen conociendo que el rasgo forma parte de su vida, sabiendo como gestionarlo, sin sentirse rechazados/as, etc., así queda marcado en la creencia adquirida y será la herencia que le dejamos para su etapa adulta.
Si tan sólo les aceptamos, acompañamos y apoyamos, ya podemos sentirnos más que felices de dar grandes pasos, pues a partir de ahí, todo lo demás va poquito a poquito.
Con este breve y rápido recorrido quiero dar las gracias a las mamis que comparten conmigo sus experiencias, sus pasos en este camino y sus enfoques, pues desde el cariño y todo mi apoyo, les admiro profundamente, les quiero y felicito por lo bien que lo están haciendo.
Ya no me siento tan sólo en esta isla, hasta hace muy poco era la madre loca que tenía que ir a un psicólogo o psiquiatra, a ver de que diablos estaba hablando…
Hoy me siento muy fuerte, no me siento mal cuando hablo del rasgo y veo claramente en la mirada de la otra persona el mensaje, ya no me afecta. Me siento segura y simplemente comprendo la libertad que cada persona crea en lo que quiera.
También tengo que agradecer de manera muy especial a las actuales maestras de mi hija: Laura y Michelle, así como a Paloma, creo que ninguna de ellas son realmente conscientes de lo que han significado en mi vida y también en la de mi hija.
Hasta aquí he llegado creyendo en ella y en mí. Ha sido un camino bastante solitario donde cada paso ha estado marcado de muchas lágrimas e incomprensión.
Poco a poco fue llegando la luz y las personas que me acompañarían en el camino. Finalmente se han ido incorporando otras personas imprescindibles por el parentesco e incluso otras que antes pudieron ser desconocidas.
Ser altamente sensible no es una elección, se nace siendo o no así, es un rasgo NO una enfermedad, ni un trastorno y nos acompañara toda la vida.
De su conocimiento y de su gestión, quedarán las grandes huellas de una vida saludable y feliz, donde vivir con naturalidad lo que formara parte de nuestra vida, sin ser mejores o peores por ello.
Podría decir muchas cosas más del rasgo, prefiero finalizar diciendo que es normal sentir frustración, ambivalencia emocional y muchas emociones más con la crianza.
Queremos mucho a nuestros hijos/as y es necesario también quererse a una misma, el día tiene 24 horas y ocupan toda la jornada y más, quedamos olvidadas en incomprendidas, agotadas y muchas veces solitarias.
Recuerdo bien que tenía menos de una hora para mí al día. Una hora que me me daba tiempo para sacarme la leche que guardaría en la nevera, ducharme y poco más…
Comía cada hora pegada al pecho así que dar un paseo con ella era un recorrido de bomberos. Una vuelta a la manzana muy rápida y con mucha paciencia porque los ruidos, las luces, la temperatura… todo era necesario tenerlo en cuenta.
Su primer año de vida no sabía nada del rasgo. Aún así juntas fuimos haciendo un buen trabajo. Día a día nos conocíamos y mirábamos que iba funcionando.
Queridas madres estoy segura que cada una tenemos mucho que contarnos, yo simplemente quiero que sepan que no están solas y que la vida nos ha regalado el privilegio de tener hijos/as, que identificamos con el rasgo de la alta sensibilidad.
Con el tiempo y cuando sean adultos, serán ellos/as mismas quienes se identificaran o no, la cuestión es que estamos haciendo lo correcto para aportarles el alimento emocional que necesitan, e inconscientemente nos damos permiso de saber, lo que quizás nunca hubiéramos sabido, hasta que han llegado a nuestras vidas.
Un enorme abrazo, agradecida siempre.
La siguiente canción habla de nosotras, espero que les guste.