En el año 1995 Daniel Goleman nos hizo llegar el concepto de la inteligencia emocional “ La capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos, lograrlos y compartirlos con los demás”.
Desde entonces mucho se ha investigado al respecto e implantado la inteligencia emocional en diferentes sectores, entre ellos en la educación, siendo Canarias la primera comunidad autónoma que en el año 2004 la implanta en sus centros educativos.
Aún así he de decir que sigo viendo con tristeza la incongruencia del mensaje educativo. Los colegios imparten esta asignatura y luego utilizan de forma inconsciente frases, tales como las que escucho a los padres:
- Los niños grandes no lloran.
- Los niños no lloran, lloran las niñas.
- Sí lloras te pones feo/a.
- No es para tanto, no te enfades.
- Pero porqué te enfadas, NO te enfades.
- Los niños/as buenos/as no se enfadan ni lloran.
- NO llores, los que lloran son tontos.
- Recoge tus juguetes o me enfado (el adulto puede enfadarse, el niño/a no).
- Cuando no me haces caso me pongo triste ( chantaje emocional).
- Etc.
Es evidente que mientras no haya un trabajo conjunto de colegios y familias, así como de compromiso con las emociones, los niños/as serán náufragos de un mundo al parecer prohibido: “el universo de emociones”.
Casualmente los niños de infantil son básicamente emociones, la razón llega más tarde como bien saben y es más importante ayudarles en su gestión y el conocimiento de las mismas, cuando en realidad se les enseña a reprimir, se les castiga por ello y olvidamos que se trata de su primera forma de comunicación y que su equilibrio emocional, hasta no ser más mayores, se encuentra fuera y no dentro de ellos, por tanto esperan de los adultos, lo que finalmente tienen que asumir ellos, pese a ser tan pequeños.
Construimos de esta forma relaciones de apego, que marcaran de forma importante nuestro crecimiento y desarrollo con posibles traumas, pues el abandono emocional necesita ser sustituido por el acompañamiento emocional respetuoso y adaptativo para cada edad.
Que decir de las lágrimas, el problema no parte de los niños/as, sino de los adultos que no saben que hacer ante el llanto, probablemente porque les hace espejo y arrastran algún problema de su propia niñez o alguna otra etapa. Desaprovechan la gran oportunidad de resolverlo y repiten los patrones experimentados, sin buscar una mejora para evitar repetir la misma historia.
Resulta gracioso pensar los grandes esfuerzos por buscar técnicas o dinámicas de gestión emocional, tales como la respiración, comunicación positiva, yoga, mindfulness, etc y reprimamos, rechacemos, ignoremos, evitemos… el llanto.
Las lágrimas son un efecto fisiológico natural del cuerpo humano, una técnica de liberación emocional natural y espontanea, con la que venimos dotados desde el nacimiento para liberar la emoción, entre otras posibles causas, incluso pudiendo bajar la intensidad de la misma emoción a través de las lágrimas.
A través del llanto expresamos además de la tristeza, el dolor, la sorpresa, la alegría, diferentes y variadas emociones, nos recuerda que somos seres humanos.
Es tan fácil secar una lágrima, dar un abrazo y conectar con la emoción para ayudarle a bajar la intensidad, invitando a la razón darle la mano a la emoción y entonces poder hablar.
Invitamos a la razón a dialogar, cuando la emoción esta en el mayor nivel de intensidad, de manera que lo único que se consigue es incrementarla más, es como pretender que el coche lleve más velocidad cuando sabemos cual es su limite de velocidad.
Parece que existiera un código de razones tipificadas como para los delitos, donde deben estar recogidas las razones por las que se debería o puede llorar, enfadarse, sentir miedo u otras emociones que socialmente resultan prohibidas.
Utilizamos siempre la misma pregunta, sin darnos cuento que ponemos el foco en la necesidad de justificar nuestra respuesta emocional, cuando las mismas son espontáneas y causadas por la liberación de hormonas y neurotransmisores, que luego convierten estas emociones en sentimientos, cuya capacidad de influencia en las mismas radica en los pensamientos u otra forma de gestión emocional.
Ya decía Einstein que “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.
Queremos una sociedad empática, sensible, solidaria y comprometida, para conseguirlo desde pequeños/as a los niños/as les arrancamos los corazones, les negamos las emociones, los dotamos de conocimientos como las matemáticas, la lengua, la historia y valores como la responsabilidad, autonomía para después pasar el resto de la vida culpando a otros/as o justificándose de la parte emocional.
No enseñamos a amar a nuestra sociedad, sino a competir, consumir y luchar, en vez de demostrar que la emoción y la razón cogidas de la mano pueden llegar juntas al mismo lugar, en mejores condiciones y con mejores resultados, que basadas en el conflicto, el castigo y la rivalidad.
Reflexionemos sociedad canaria, sector educativo, familias y quien se quiera identificar, pues seguir este camino tan sólo sigue generando vacío, incongruencia, soledad e incomprensión.
Eduquemos una sociedad basada en la inteligencia emocional para cubrir las necesidades psicológicas fundamentales: libertad, seguridad y amor, donde autores como el Dr. George Pierret, aseguran que la no satisfacción de estas necesidades puede entrañar la muerte.
Esta demostrado que el desarrollo de la inteligencia emocional disminuye el nivel de conflicto en todas las etapas educativas, fomenta la mejor comunicación, aceptación y autoestima, adquiriendo los conocimientos desde una forma más lógica y menos costosa, el tiempo empleado para el aprendizaje disminuye cuando la parte emocional esta bien gestionada, sí todo suma y los resultados son más positivos, cada segundo que se retrase su verdadera puesta en práctica, significa hacer que pierdan quienes serán mañana los adultos de nuestra sociedad canaria.
Muchas Gracias.
Teresa Santana Blanco
Persona Altamente Sensible.
Experta en Inteligencia Emocional.
Experta en Altas Capacidades y Desarrollo del Talento.
Especializada en Duelo.
Certificada en Disciplina Positiva para Familias y Primera Infancia.
Encouragement Consultant.
Mediadora.
Estudiante del grado de Criminología, Ciclo superior de Administración y Finanzas y otras ramas relacionadas con ser cada día mi mejor versión y estar dotada de más recursos personales para crecer, mejorar y ayudar.