LA ALTA SENSIBILIDAD. EXPERIENCIAS VITALES.

Isaac y Sara, en el Paseo de Las Canteras. Agosto de 2018.

Querida hija con escuchar la canción y aprender de tí cada día es más que suficiente, para decirte a ti y al resto de la infancia y humanidad:  CANTEN para que quienes intentan callar vuestras voces y quienes lo intentan, se den cuenta de la necesidad de respeto y aceptación, cuyo significado quizás nunca conocerán.

 

Que aquellas personas que intentan ver en tí que la tristeza y el llanto son reflejo de debilidad, quizás algún día puedan ver que así se sintieron cuando manifestaron esas emociones, intentando solucionar esa etapa de su vida, evitandolas ahora en los demás.

Que quienes intentan hacerte sentir que tu valía depende de lo que seas capaz de demostrar, no están sino hablando de si mismas, pues su escala de valores está muy lejos de acercarse a la verdadera esencia de ser personas.

No valemos por lo que hacemos, sino por lo que somos como personas, por aquello que podemos compartir y entregar, sin esperar nada más.

La grandeza de los niños/as, personas parte desde su interior, con el derecho y el deber del resto de admirarles y respetarles, dejandoles seguir su camino, si no coinciden con tus expectativas o no cubren su necesidad.

Nada ni nadie puede puntuar tu valía, tus capacidades, ni tu realidad, tan sólo tu sabes como consigues llegar donde lo haces, sin que nadie tenga derecho de juzgar e impedir que avances hasta donde tu puedas llegar.

En un mundo donde los niños tienen que mirar como adultos, los adultos miran como niños, nos olvidemos que cada uno interpreta de forma diferente la realidad, no pudiendo por eso dejar de ser los niños tales y los adultos responsables de su papel en esta sociedad.

 

 

 

Es necesario tener coraje para expresar tus emociones sin ser etiquetado de mil maneras, quizás esas palabras te hieran, pero reprimir tus emociones es negar ser quien y como eres, pudiendo tarde o temprano enfermar.

No necesitamos comprensión, la sociedad requiere una inyección importante de respeto y aceptación, para comprender la individualidad de cada persona y convivir en la diversidad que suma y enriquece, sin necesidad de exclusión.

Somos seres sociales y además emocionales, negarlo es vivir engañadas a la realidad más evidente y necesaria.

¿A quién no le ha invadido alguna vez una emoción?.

¿Cuántas veces te ha ocurrido, que ha sido la emoción quien ha tomado la decisión?

Para bajar la intensidad de la misma, sorprenderte de lo dicho, hecho o pensado como si no hubieses sido tú.

Nuestro camino es el adecuado, viviendo en el respeto a aceptar, identificar, gestionar nuestra emoción, mientras no hagamos daño a otras personas, gracias a esas emociones seguimos aprendiendo a crecer como personas.

Mientras tanto yo seguiré llorando, aunque digan que los niños/as grandes no lloran, pues yo con 43 años lo voy a seguir haciendo cada vez que sea necesario.

El llanto es una respuesta fisiologica ante diferentes emociones y otras razones de nuestro organismo. Pensar que es saludable evitarlas o reprimirlas, sería como dejar de comer al tener hambre.

Me maravilla tanta evolución y tecnología, quizás con el tiempo sustituyan nuestras emociones prohibidas por microchips.

Mientras tanto yo seguiré liberando tu llanto, el mio y de quien necesite llorar, pues encerrar las lágrimas no se trata de una necesidad personal sino de cubrir las necesidades de quienes les molesta vernos llorar.

Creo en los niños/as, las personas y aunque vengamos sin alas, tan sólo hace falta decirnos que podemos volar para potenciarnos, podemos ser todo aquello que deseemos ser siempre que creamos en nosotros/as mismas, nos esforcemos e intentemos lograrlo de la forma adecuada.

Incluso cuando no lo logremos, el camino nos obsequiará un aprendizaje, pues cada experiencia vivida es la mejor lección aprendida.

Día a día me esfuerzo por ser mi mejor versión, tu me impulsas a serlo querida hija y me recuerdas la grandeza de la fuerza del amor.

Cada persona es una obra de arte, tan sólo es necesario creer, querer, poder, como el siguiente video.

Seamos las escultoras de nuestras vidas. Seamos Nuestras Mejores Obras de Arte.

Te quiero Sara y aunque por momentos la tristeza me paralice y me veas llorar, sabes que nunca nos daremos por vencida y se trata de una pausa, al coger impulso volveremos a volar.