Mi hermana Isabel era una mujer muy valiente, positiva y luchadora, pero un ser humano. Sin lugar a dudas altamente sensible, muchas veces sufría en silencio el dolor de la enfermedad que la apartaría de sus hij@s y familiares más queridos.
Siempre con una sonrisa en los labios, lanzando besos y abrazos a cualquiera, tenía pocos momentos en los que era capaz de mostrarse tal y como se sentía interiormente, contrariada, rabiosa, herida…
Tenemos momentos para todo a lo largo de los procesos de una enfermedad. Es lo que se conoce como las ETAPAS DEL DUELO:
I. INCREDULIDAD: PARÁLISIS, NEGACIÓN, CONFUSIÓN.
II. REGRESIÓN: LLANTO EXPLOSIVO, BERRINCHE, DESESPERACIÓN.
III. FURIA: CON EL CAUSANTE DE LA MUERTE, ENFERMEDAD, CON EL MUERTO POR EL ABANDONO.
IV. CULPA: POR NO HABERLO PODIDO SALVAR, POR LO QUE NO HICIMOS.
V. DESOLACIÓN: IMPOTENCIA, DESASOSIEGO, PSEUDOALUCINACIONES, IDEALIZACIÓN, IDEA DE RUINA.
VI. FECUNDIDAD: ACCIÓN DEDICADA, ACCIÓN INSPIRADA, IDENTIFICACIÓN.
VII. ACEPTACIÓN: DISCRIMINACIÓN, INTERIORIZACIÓN.
A lo largo de estas etapas de idas y venidas, donde parecemos avanzar y retroceder sin seguir una línea constante, nuestras emociones como una montaña rusa se tambalean sin cesar.
A mi me ayudo mucho conocer las fases y la normalidad de cada momento que atravesaba.
Por eso he querido compartirlas en esta entrada del blog.
Pensando en un regalo personalizado para mi querida Amiga Auxi, recordé unas tarjetas de aliento que en la última formación, escribimos entre tod@s para compartir. Eran tarjetas con mensajes, fueran frases o palabras de aliento para educadores y maestros en la enseñanza con sus hij@s, alumn@s y pensé que la idea sería un buen regalo para afrontar cada día en el proceso de una enfermedad, de la vida misma, en definitiva ayudar a tener las palabras necesarias cerca y ser tan sencillo como coger una tarjeta o leer la página de una libreta.
Además yo he querido compartir aquí las citas de uno de los libros que me acompaño en diferentes situaciones de mi vida, que además compre y regale a muchas personas y que casi las memorice.
Con su cara entre mis manos, era capaz de hacerme sentir la seguridad y confianza que le transmitía mi compañia. Cada vez que mis manos acarician un rostro, los recuerdos vuelven a mí en forma de emociones y sé que vivir aquel proceso, fue la mejor oportunidad que la vida me dio para estar junto a mi hermana dando los pasos más dificiles, más enriquecedores y que más huella dejarían en nosotras.
Para mí esta canción es nuestro himno y cada vez que la escucho, siento que la cantamos juntas. No podemos elegir como será la evolucion de la enfermedad, yo también pedí, además de mis padres, mi hermana Mercedes… piedad para que no sufriera… sólo pudimos asumir lo que supuso dos años de hospitalización y pedirle finalmente, prometerle… para que pudiera irse, no quería que se fuera, pero tuve que decirselo…: «HERMANA DESCANSA, PUEDES IRTE TRANQUILA».
AFERRADA A LA VIDA, NO OLVIDARÉ NUNCA ESA EXPERIENCIA, estuvimos juntas hasta el último momento, luchamos juntas y juntas seguiremos siempre.
♥️
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