Me había quedado dormida
moribunda en mis sueños dormía
pero mi subconsciente me decía
levántate querida mía.
No quería despertar del sueño,
no podía despertar,
estaba tan cansada,
no me podía levantar.
Pero mañana había colegio,
la mochila tenía que preparar,
escuchaba de fondo la tele,
por otro lado sentía mi corazón.
Resucite de mi cansancio,
me levantaba una noche más,
interrumpiendo mi descanso,
para la jornada del lunes preparar.
En mi móvil me esperaban mensajes,
canciones dedicadas y palabras de amor,
mensajes que daban fuerza
y apoyaban aquella noche mi labor.
Eran las doce y media de la noche,
aún tenía mucho por hacer,
mientras tanto iba soñando,
y pensando en el listado que debía de ver.
Pensé en lo que era para mí la tv,
una lágrima se escapo rodando por mis mejillas,
me invadió el recuerdo de aquella noche
en que inoportuna interrumpía su película.
Llevaba alguna ropa de esas que llaman picardías,
no me interesa ni siquiera en ello pensar,
buscaba que me hiciera algo de caso,
pues se me había echo largo una hora esperar.
Mi imprudencia me hizo sentarme a su lado,
para con palabras poderle explicar,
como me sentía ante su desinterés y mi espera
lo que tan sólo le altero un poco más.
Se giro cogiéndome del cuello,
no apretó lo suficiente para estrangular,
pero si me dejo con lesiones cervicales,
por lo que un collarín tuve que llevar.
Miro atrás todo lo que perdone,
miro atrás siento lo que soporte,
miro atrás para recordar quien fui,
miro hoy en quien me convertí.
Me deshice de todo aquel estilo de ropa,
nunca más interés por nada cercano llegue a tener,
supongo que no soy lo suficientemente atractiva,
quizás algo malo debía de hacer.
Mi vida sexual era/fue totalmente pasiva,
marcada por aquel desinterés,
no me permitía ser participativa.
Desde muy chica no podía ver nada similar en la tele,
ni escenas de violencia ni de sexo tampoco,
no entendía bien el porque de ese rechazo,
no sé si tan sólo se trataba de un presagio.
Sin embargo la vida ha premiado mi camino,
con otras personas cuyas miradas
han sido más que suficientes
para transmitirme más que ninguna palabra.
Para mí se murió el amor o aquella forma de amar,
no me interesa en absoluto ni sentir ni pensar,
leí demasiados cuentos de príncipes y princesas
lástima que no supe nunca que el príncipe no me iba a rescatar.
Entonces pensé en el príncipe desteñido,
en la princesa guerrera que le iría a buscar,
en la caperucita azul y el lobo bueno,
tantos y tantos cuentos que quería cambiar.
A mi imaginación no cesaban de llegar ideas,
tantas y tantas que el sueño se me quito,
después de colocar uniforme y mochila,
sentada estoy escribiendo mi inspiración.
Ha sido un día cargado y emotivo,
he visto de todo y también oído,
el corazón se me quedo como una pasa,
y ahora lo estiro mientras escribo esta carta.
Tengo un pensamiento para cada persona,
que a lo largo del día me ha echo llegar,
saber lo que les ocurría
y yo no poderlo evitar.
Dejemos fluir todas las emociones,
liberemos todos nuestros pensamientos,
sentirse mal o bien es necesario y bueno
para reconducir todos nuestros sentimientos.
Voy terminando y poniendo final,
quisiera seguir pero debo acabar,
aún tengo que hacer el listado de asuntos,
actualizarlo y añadir algunos más.
Mañana es mi primer día de clases,
añadir esa actividad al lunes no será nada fácil.
Pero he de seguir luchando,
mi futuro laboral es incierto
y la energía no me puede agotar,
tengo que tener otras alternativas,
para a la vida poderme enfrentar.
Mi hija ya imita muchas cosas,
entre ellas con mis libros se pone a leer,
imaginando en voz alta que dicen
y tomando notas en un papel.
También escribe en el móvil,
manda audios por el wasap,
entiende que mi vida se nutra entre libros
y cursos con los que me debo formar.
Soy ejemplo me repito muchas veces,
no sólo para limpiar y/o ordenar,
sino para enseñarle que aunque seas mujer
tu destino debes forjar.
Es la figura de su padre quien limpia,
es en él quien ve haciendo de comer,
también quien ordena y recoge
y otras labores domesticas que se le dan bien.
Es en mi madre/su abuela quien ve fregar la loza,
haciendo la cama y doblando la ropa también,
viendo a ambos abuelos haciendo sopas de letras,
aunque a su padre nunca le vea leer.
Nunca me gusto la cocina ni se me da bien cocinar,
me divierte la limpieza y ponerme a limpiar,
me gusta el orden y la reorganización,
aunque con tan poco tiempo me prefiero callar.
A veces me siento como en los campos de concentración,
de tanto que leí sobre ellos
y lo que valoro dos minutos de agua
calléndome mi adolorida espalda.
Me recojo el pelo y poco más,
me visto y perfumo,
quizás si tengo tiempo
me pueda maquillar.
Procuro no mirarme al espejo,
no es fácil mirar,
los pelos desgreñados
y verme desaliña.
No soy la mujer que era,
tampoco seré la mujer que fui,
soy la mujer que creí y quería,
soy una MUJER de principio hasta fin.
No me veo guapa,
tampoco me veo fea,
no me veo en el espejo
de ninguna manera.
Durante mucho tiempo
lleve puesto un disfraz,
ahora casi voy en pijama
será porque necesito descansar.
Me viene a la cabeza aquella tarde,
en la zapatería Pablosky quien allí me encontró,
miraba unos zapatos para mi hija Sara,
e Iban Bermúdez me preguntaba si era yo.
Era la misma que conoció en la charla de Lanzarote,
aunque no llevaba el pelo suelto ni maquillaje,
pensé que vergüenza mi imagen exterior
aunque se vea diferente seguía siendo yo.
No se sorprendan si me encuentran un día,
cantando en voz alta o riendo de alegría,
tampoco verme llorando desconsolada,
seré la misma aunque no lleve maquillaje.
Me esfuerzo en cultivar mi mente y mi interior,
mi imagen y vestuario improviso a diario,
pero aún tengo guardado mis tacones de aguja,
mis bolsos a juego y mis trajes de chica princesa.
Me ocurre como con el traje de boda,
necesito algo adaptado a la ocasión,
comodidad y rapidez para diario,
aunque lo traslade a los días de descanso.
Empece por esta poesía y he escrito unas cuantas entradas en el blog, son las 4:25 de la mañana sino tuviese que ir a trabajar, tengo aún mucho que contar paso hoy… ahora si me voy a comer algo y descansar.
Cómo me gustaría ser tu príncipe desteñido y tus pelos desgreñados poder admirar.
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