Nuestra empatía nos lleva a poner en primer lugar las necesidades de los demás incluso llegandolas a anteponer a las nuestras.
Somos capaces de apartar nuestras circunstancias personales por malas que sean para estar ahí para quienes nos necesitan y es algo digno de admiración pero que nos deja exhaustos y agotados.
Aún por encima muchas de las veces se emiten opiniones de nosotros/as que no resultan del agrado de ninguna de las partes y resulta aún más duro cuando se ha echo un esfuerzo personal por intentar estar a la altura, entregando todo y más de nosotros/as.
En ocasiones podemos expresar que es lo que hemos intentado y el esfuerzo que ello nos ha supuesto, en otras ni tan siquiera somos escuchados e incluso se nos llega a tachar de egoístas.
Nuestras relaciones bien de amistad, pareja, familiares o laborales deben establecerse sobre bases en las que seamos capaces de proteger nuestro rasgo, ya que cuando empatizamos con aquellas personas cuya relación no es adecuada, el resultado en nosotros puede ser bastante doloroso, agotador, frustrante e incluso adictivo.
Seleccionar con quienes podemos actuar de manera empatica es importante, entre otras cosas porque hay personas que pese a todos nuestros esfuerzos, energía y tiempo empleado nunca nada llega a resultarles suficiente ni se valora en lo más mínimo.
Otras veces podemos incluso a llegar a oír comentarios de nosotros que nada tiene que ver con quienes somos, y por eso es muy importante que seamos capaces de tratarnos con el máximo respeto y priorizando nuestras necesidades de forma que aunque ayudemos a otros, no salgamos nosotros perjudicados/as, al menos con quienes sabemos que saldremos malparados.
Entra en juego las opiniones diversas y contradictorias que otros/as pueden emitir de nosotros/as y el efecto que finalmente tienen en nosotros/as. De ahí la importancia de fortalecer nuestra autoestima y ser capaces de empatizar con las personas adecuadas y a la vez de la forma adecuada.
Por otro lado son muchas las veces que nuestro exceso de amor hacia los demás nos hace fantasear esperando que las personas se conviertan en quien queremos o pensamos podemos convertir por nuestra gran empatía, amor, etc.
Sin darnos cuenta entramos en un juego peligroso de generar expectativas inciertas, cuando ni siquiera la otra parte nos ha pedido en ningún momento ayuda para cambiar, ni siquiera nos ha dicho que tenga intención de dejar de ser quien es o comportarse de esa manera.
Empezamos a luchar por mejorar a otras personas para hacer mejor el mundo y nuestras relaciones y nos dejamos la vida en ello, sin darnos cuenta que estamos siendo irrespetuosos/as con la otra persona, quien puede creer que actuar o ser de esa manera es lo correcto y no lo que nosotros/as hacemos.
Vemos al mundo de una forma muchas veces mágica al querer establecer que prevalezcan valores como la justicia, la igualdad, el respeto, el amor y otros muchos. Podemos dar ese toque de magia, pero no podemos esperar que los demás comprendan porque vemos así al mundo, ni que tampoco quieran que sea así.
Finalmente nos frustramos de una manera terrible, sentimos que los demás no han valorado nuestras buenas intenciones y el verdadero fin de actuar así, pero resulta que para entender a los demás tenemos que mirar a través de sus ojos y recordar que ese otro 80% de las personas tienen otra visión de la vida.
Para mi ahí se enfrentan nuestra empatía y nuestra Alta escala de valores para el mundo. Simplemente creo que en vez de enfrentarlas hay que ponerlas una a la lado de la otra para hacer la mezcla lo más homogenea posible.
Una manera de poder avanzar es hacer un buen trabajo de autoconocimiento y trabajo personal. Informarse/formarse respecto al rasgo y a la vez hacer grupos y compartir momentos con otros/as PAS y padres de NAS, NAS. Nos ayudara a sentirnos comprendidos y acompañados, a tener otros enfoques puesto que la individualidad de cada persona con el rasgo también es una gran aportación y crecimiento puesto que no hay patrones iguales e influyen muchas variables para ser quienes somos y muchas razones, entre ellas nuestra trayectoria y experiencia vital para ser así.
Quiero finalizar esta entrada en el blog con las palabras de mi querido amigo Ivan, que un día en el grupo de wasap me dijo: «Te preocupas mucho por los demás. Preocupate más por ti y sigue preocupandote por ti y cuando estes cansanda de preocuparte por tí entonces preocupate por los demás». Además me dedico esta bella canción que comparto poque es muy potente. Gracias Ivan, creiste que yo daba mucho y fuiste tú quien me dio más a mí sin siquiera pensarlo ni saberlo.
Quedarnos con este último mensaje de esta canción, da igual cuanto hayamos sufrido en relaciones que nos hayan herido. Dar no siempre es correspondido ni valorado, en ese camino a veces también nosotros/as nos equivocamos y lo importante es saber que cualquier mal de amores pasará y QUE NOS MERECEMOS LO MEJOR, seamos PAS o no. Puesto que al dar también recibimos, no lo que deseamos o esperamos muchas veces, sin embargo tan sólo tenemos que encontrar de lo que recibimos el lado positivo, que sin duda tiene la experiencia que nos ha tocado vivir.
Ahí tenemos que estar siempre, ayudando, apoyando y sobre todo enseñando lo poco o mucho que sabemos a nuestros comPAS porque entre nosotros debemos encontrarnos como somos.
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